Chelyrra (semisúcubo)

-Nombre: Chelyrra Gorgonia

-Clase: Semisúcubo aprendiz de nigromante

-Edad: 23

-Descripción física:
Mido 1,76 metros. Tengo un cuerpo atlético y fibrado pero conservando las curvas de mi sexo. En mi espalda destacan unas alas similares a las de un murciélago que poseen un color negro oscuro cual mármol, recorridas por unas finas venas de color escarlata. Mi largo y ondulado cabello similar al coral rojo tiene la particularidad de volverse completamente negro a la luz de la luna. Y en mi rostro, considerado más atractivo que bello, destacan unos ojos enormes y rasgados de color violeta.

-Atuendo:
Suelo llevar un vestido con un corsé de color negro, violeta y turquesa. Llevo un lado de la falda completamente rasgado hasta el muslo para facilitar el movimiento y calzo unas botas altas de cuero hasta la rodilla donde guardo una daga de jade. Para ocultar mi naturaleza de súcubo a los extraños, cruzo mis alas sobre mi pecho y me cubro con una capa negra con finos bordados de plata. En mis dedos destaca un anillo de oro blanco con una amatista, la única joya que poseo de mi familia. Destaco por utilizar siempre una exquisita fragancia de vainilla y lavanda.

-Descripción psicológica:
Soy bastante reservada y tímida al principio, causando la impresión de que soy una persona fría. Intento pasar desapercibida entre la gente, sobretodo aquella que me importa por temor a que me rechacen o hacerles daño por mi naturaleza de súcubo. Por eso trato de esconder siempre mis alas bajo una capa. En el fondo, lo que tengo es mucho miedo de lo que los demás puedan pensar de mi. Además, debido a mi aislamiento durante mi infancia, cuando conozco a los demás suelo ser bastante inocente y crédula, y enseguida confío en todo aquel que se muestra amigable. Otro de mis grandes problemas es mi gran curiosidad.

-Historia:
Mi historia es larga y compleja, por lo que para todos aquellos que no quieran aburrirse con ella, me propongo a haceros un breve resumen. Si queréis profundizar más, por favor, indicarme donde puedo dejar mi diario. Perdonad, no me tachéis de descortés, me voy a presentar, yo soy Chelyrra Gorgonia, hija de Rekhyt Gorgonio Silveira, un famoso nigromante conocido como el "verdugo blanco" por su falta de pigmentación en la piel. En su contacto con uno de los planos demoníacos, atrapó a una súcubo llamada Empusa, la cual se convirtió en su esclava y amante. A causa de dicha unión, yo nací, pero al no tener interés en mí, mi madre trató de asesinarme el día en que nací, algo que mi padre evitó mandando de vuelta a mi madre al plano demoníaco. El echo de su ausencia marcó su depresión, pero no se olvidó de su obligación con respecto a mí. Me crío y trató muy estrictamente, enseñándome nociones básicas de magia negra y entrenándome también físicamente. Nunca me dejó salir afuera de su castillo, sabiendo que yo era diferente al resto. Un día, mi curiosidad me llevó a registrar su biblioteca, lugar donde conocí la historia de mi madre al leer el diario personal de mi padre. Queriendo saber más de mis orígenes, invoqué a Empusa para hacerle preguntas, más ella sólo me volvió contra mi padre diciéndome que mi progenitor me tenía encerrada por miedo a que me hiciera más fuerte que él.

Engañada, salí a buscar emociones, conociendo a un chico increíblemente atractivo con el que yací. Al día siguiente, me asusté al encontrarle completamente seco, muerto a mi lado. Corrí al castillo de mi padre y volví a invocar a mi madre, la cual se rió de mí explicándome que si bien podía alimentarme con la comida de los mortales, también podía alimentarme con la energía de las personas yaciendo con ellas, puesto que también tengo parte de súcubo. Aprovechando mi confusión y la poca práctica que tengo con la magia, se escapó de su plano y me atacó. Mi padre consiguió llegar a tiempo de socorrerme, muriendo en el intento. Mi madre acabó consumida por una llama, lo que pudo significar que murió o volvió a otro plano. Asustada, me escapé del castillo que me vio nacer.

Después de lo sucedido, me convertí en un monstruo. Nada me importaba, quería destruir todo lo bello que no podía poseer. Seducía a jóvenes y les quitaba la vida al acostarme con ellos. Para subsistir, luego les robaba todas sus pertenencias. Pero un suceso hizo que cambiase mi vida para siempre. Me enamoré. Quise resistir mis impulsos, más no pude, y el deseo carnal pasó a convertirse en tristeza cuando descubrí que había drenado la vida de mi amante.

Volví al castillo de mi padre con una forme convicción, encontraría la manera de no hacer daño a quien quisiera. Al llegar, después de tantos meses abandonado, descubrí que había sido robado todo objeto de valor. Afortunadamente, la biblioteca seguía intacta, seguramente el analfabetismo de los ladrones les habría impedido ver el valor de la lectura.

Día tras día busqué en los libros algo que me pudiera ayudar, algo que me explicase la manera en la que mi padre podía compartir lecho con una súcubo sin morir por ello. Pero no había nada… Sentí desfallecer pero tomé una decisión. Si ningún mortal en la tierra podía sobrevivir a una noche conmigo, algún ser de otro plano sí podría. Volví al salón donde mi padre fue asesinado, y sobre sus restos mortales, hice un juramento:

Spoiler:

Poco a poco, fui recuperando la seguridad en mí misma. Rehabilité algunas zonas del lugar y volví a retomar mis estudios nigrománticos. Con la ayuda especial de unos objetos encantados de mi padre, conjuré un látigo con un irrompible mango de jade con el cual ya no tendría que temer un enfrentamiento.

Año tras año anduve en la solitaria y derruida mansión, caminando por sus polvorientos pasillos y empapándome de todo conocimiento que quedase sobre la magia, preparándome para el gran día en que pudiera sentirme preparada a buscar mi destino. Ese día llegó, entrada ya en la veintena, cuando ya no me sentía el vínculo que me unía a mi hogar. Sin más dilación, abrí los grandes portones y salí en busca de aventuras. No pararía de andar, buscando algo por lo que luchar, alguien que pueda abrazar en mis largas noches de soledad. Ya me he cansado de los amores que matan, de jugar a la tragedia de Romeo y Julieta, y no pararé hasta hallar aquello que tanto anhelo. Cruzando mis alas sobre mi pecho y sintiéndome reconfortada con la seguridad del látigo en mi cintura, me cubrí con una negra capa bordada con finos hilos de plata y empecé a avanzar en pos de mi destino.

-Habilidades especiales:

Habilidad: usar látigo

Leves conocimientos de nigromancia: Debido a mi naturaleza autodidacta, casi no puedo realizar ningún conjuro, apenas sé resucitar durante unos segundos a pequeños animales como ratas o cucarachas.

-Dinero:
Apenas poseo dinero, las propiedades y las riquezas de mi padre fueron robadas. Tan sólo tengo un anillo de valor pero que no estoy dispuesta a vender por mi apego emocional.

-Equipo: Llevo el látigo en el cinto y una daga oculta en una bota.

Ficha Validada por Freiser y Kyu
Bueno, en general esta todo bien, salvo lo siguiente:

Volar: la dejamos como racial, y no cuenta como habilidad especial.
Arma magica, no puedes tener objetos magicos, solo es para los "humanos", como semisucubo, eres criatura "magica" y pasara a un arma especial, pero sin capacidades estrañas ni habilidades, Y para tenerla deberas tenerla como habilidad especial, Usar Latigo.

Absorcion de sucubo, es de psicologia. no y el conocimiento de nigromancia, como tu dices es escaso, resucitas pequeñas criaturas, que no lleven mucho tiempo muerto, y durara resucitado, escasamente 5 min.

Psicologicamente, como as dicho tendras miedo ante el contadto masculino, como sucubo, atraeras hombres, adeams de tu belleza, ten cuidado.
El traje, es solo traje, los objetos, en plan capa de plata, no seran usandos como arma en si.

Si te interesan las raciales, pon tu duda en el apartado correspondiente, que aun estan en proceso.

20 monedas de oro