Cuando el Diablo no tiene nada que hacer...

Cuando me marché del barrio en que estaba, tras haber robado un pedazo de cuero para Zainar, pensé en volver a casa, pero me entretuve por el camino. Las calles eran muy enredosas a esa hora de la mañana. Serían cerca de las 10 y cuarto. La gente pasaba como loca sin pararse a mirar a quienes pisaba.

El tal Zainar, a pesar de ser de tal calaña, me había caido bien. "Quién sabe, igual podría volver allí y a lo mejor tiene algo ara mí" le dije a Raven, que estaba apoyado en mi hombro. No le ví tan mala gente como le veían todos. Me propuse trabajar para él, aunque solo fuese como chico de los recados. Después de todo, el cuchitril en el que vivía podría llegar a estar mucho mejor decorado que con unos cuantos tablones rancios. Así pues, me dirigí hacia la mansión de Zainar, aun viendo que la gente me miraba mal al ver que me dirigía hacia allí. "¿Pero a éstos qué les pasa?" me pregunté, mientras me encaminaba hacia nuevas encomiendas.

Al final, lo de ir a casa lo dejé para luego.

Al llegar ante la casa de zainar, te acercas a la campana e intentas tocarla, pero ves que no puedes y decides subirte en la cuerda y saltar.

Tas varios intentos lo logras, la puerta se abre, y ves a la doncella de la otra vez, la cual te permite pasar y te guia por la casa.

Cruzas la casa entera, y llegas al patio, donde ves a zainar sin la gabardina, empuñando una espada, a simplevista de un filo(una katana), luchando contra dos chicas, gemelas, con mandobles.

Zainar las esquiva como quiere e incluso, bloquea los bestiales golpes, con la katana sin inmutarse.

Off:Describe la situacion, que ves y una charla, entre tu y zainar que no conlleve a nada, extraño.

-Esto...Señorita, ¿es posible tanta fuerza en una persona? Esque me parece bastante increible que él solo pueda parar al tiempo dos mandoblazos así

Desde luego, el tío era un gañan, o muy diestro en las armas. Era una lucha muy desequilibrada para cualquier persona normal, pero él lo hacía parecer fácil. Tras un rato presenciando el combate, noté que la sala estaba hecha exclusivamente para luchas. Me pregunto si estaría entrenando.

Cuando ya hubo finalizado la pugna, Zainar se giró hacia mí, con semblante amable, lo que hizo que un repentino escalofrío recorriese mi espalda.

-¿Qué te pasa?-dijo la mujer que me había acompañado-Cualquiera diría que has visto un fantasma...

-Bueno, parece que ya has terminado mi encargo, y no parece que te costase mucho. Ya suponía yo que los de tu raza son unos expertos en el arte de la pillería, por llamarlo de un modo, digamos, elegante.¿ Y a qué venía ese espasmo cuando me he girado hacia ti?¿Te he dado miedo?

-No es eso, usted me cae muy bien, de hecho nadie me trataba así desde hace mucho. Es sólo que cuando me ha sonreido al venir me ha venido un mal recuerdo. Cosas del pasado que me acarrean malas pasadas. Pero sí, por lo que sé, los pocos que quedamos de mi raza somos muy duchos en esto del... ¿pillaje?Además, hasta ahora he tenido que vivir de la picaresca, por lo que algo de práctica sí que he ido cogiendo

-Y dime, ¿porqué te sigue siempre un cuervo?¿no te parecería mejor tener por mascota, yo que sé, un halcón? El cuervo es un animal sucio y carroñero. Es broma, no niego que el cuervo me desagrade, pero respeto tu gusto por ellos. Al fin y al cabo, a ti te llaman Cuervo, ¿no es así? Por cierto, esas cosas de tu pasado... ¿porqué te atormentan tanto?

-Verá, mi vida no ha sido tan alegre y normal como la del resto de gente en general. De pequeño me ví obligado a salir de mi hogar con unos amigos del orfanato en el que vivía. Unos demonios quemaron mi pueblo y a sus habitantes los maldijeron. De ahí que tenga esta cicatriz en la frente. Es una marca que indica que debería de haber muerto como el resto de mi gente. Pero conseguí salvarme gracias a mi naturaleza de Daimah, cuya propiedad principal es la simbiosis con la naturaleza. Yo la curo a ella, en la medida de lo posible, y ella me da energías para curar mis heridas o las de otros, aunque lleva su tiempo. Por eso los efectos de la maldición no me afectaron, aunque como ve, esta marca sangra cada vez que hay un demonio cerca, o alguien con poder demoníaco. Desde entonces, todo aquél que se me acerca con una sonrisa en la boca es para hacerme daño, o por interés. Siempre acabo matándolos, pero eran desconocidos, asique no me importa.

-Yo para ti tambien soy un desconocido, y te he usado por interés, ¿porqué no tratas de matarme?

-Para empezar, usted es mucho más todo que yo, más alto, más ágil, más fuerte... asique yo no tendría nada que hacer, por muy loco que estuviese. Y además, usted me cae bien, supe desde el primer momento que usted era una persona en quien se podía confiar, por mucho que no lo crean. Por eso, me he propuesto trabajar para usted, a cambio de una vida mejor que la que llevo. ¿Qué me dice?Ya ve que como ladronzuelo le he venido bien

YO! fuerte, Jajaja que va, solo la experiencia de mi vida, y las cualidades inatas en mi, pasemos a los negocios,

Se levanta de la mesa, y se acerca a una sirvienta, coge un sobre de una bandeja y te lo deja encima de la mesa.

Hay tienes tu trabajo, no es dificil pero si algo pesado ahora ve.


Sobre

Mision, busca a Tohee y vigilale durante una semana, y anota todos sus movimientos, en uno de esos dias obtendra un anillo, quiero que me lo traigas en persona.

(Mmmmm, una de espías, me vendrá bien para mejorar mi destreza con el sigilo)me dije, cogiendo el sobre. Probablemente me iba a aburrir, yendo de aquí para allá, pero todo sea por una vida mejor y gente de confianza. Según el sobre, el tal Tohee se mueve cerca del mercado, y hace que es religioso, porque de vez en cuando va a la iglesia. "De cuerdo jefe, aquí tendra su anillo en una semana. Por cierto, ¿quiere que viva el tal Tohee?¿O puedo desvalijarlo agusto y luego prenderlo fuego vivo?-le pregunté a Zainar- Me aseguraría por supuesto de ser un fantasma, es decir, llevarmelo a un rincon apartado fuera de miradas indiscretas, jeje..."

mientras que me traigas el anillo, y no se me una al asunto az lo que quieras pero te recomiendo que lo hagas en ultimo caso, es un buen luchador.

Los dos demonios, aparecen a tu espalda sin que te dieras cuenta.

Ve que tengo cosas que hacer

Sales de la casa casi obligado.

"Bueno, entonces hemos quedado en que el pive se mueve por el mercado y la iglesia. La iglesia no me hace ilusión, asique empezaré por ir al mercado. Así además podré sangrar más bolsas" me dije, viendo la descripción de Tohee.

Según el informe, Tohee era una persona de complexión normal, a simple vista igual no muy ducho en la lucha, aunque mirad a Zainar, parecía más debil de lo que es realmente. Me dirigí pues hacia el mercado, Quizá debí haberme informado más sobre el sujeto. "Mierda, ¿lo importante va y se me olvida?¿Cómo voy a seguir a alguien que no sé como es?Aquí dice que es de complexion normal, ¡¡Pero toda la peña que hay aquí coincide con esa descripción!!Empiezo a arrepentirme de trabajar para Zainar..." me dije, al ver que toda la gente de allí podría ser mi víctima. Ni siquiera sabía si era hombre, mujer o, en ultima estancia, hermafrodita (espero que eso no, tendria pesadillas), tendría que preguntar a alguien que no coincidiese con la descripción y estuviese fuera del mercado.Mucha casualidad seria preguntar y que quien respondiese fuera Tohee, pero aun asi habia que ir con cautela. Por ello me fui a una tiendecilla cualquiera, y pregunte a un anciano si sabia quien era Tohee, con la excusa de que tenía que entregarle un mensaje importantísimo de parte de un amigo suyo.

El viejo no supo contestarme, ni las quince siguientes personas a las que pregunté. Asíque no me quedó mas remedo que ir a la iglesia, a preguntar al sacerdote fuera de la misa. "Dios... joder que Cruz la Virgen... igual no debí decir eso en alto" me dije, en vista de que algunos me miraban raro. Si, habia sido monaguillo, pero tambien era un pecador, y a partir de ahi tambien un blasfemo. ¡Y eso no me lo quita ni Dios!

Fuí a ver al curatato, que estaba hablando con sus feligreses, y esperé a que se fueran.

-Perdone padre, quisiera hablar con usted un momento.

-Dime hijjo, ¿qué puede hacer por ti este sacerdote?

-(Bueno, ya empieza a hablar a lo refisno) Verá, quisiera pedirle información acerca de uno de sus feligreses, concretamente de Tohee. Debo entregarle una carta de mi señor, un gran amigo suyo, y no me ha dicho cómo es quien debe recibirla. ¿puede decirme como reconoceré a Tohee, por favor?

-Mmmm...una carta eh? Podrías mostrarmela?

-(Pero será...)Mmmm... lo siento, pero esque la carta es privada, ni siquiera yo se su contenido. Además, me han amenazado con echarme a los perros si no es Tohee quien abre el mensaje. (Diosss... o me lo dice ahora mismo o prendo fuego a la iglesia, cacho de hijo de mala madre...)

-De acuerdo, veo que eres leal a tu señor, eso te honra. Bien, te diré quien es Tohee, o mejor, vas a verla tú mismo dentro de una hora, que es cuando viene a hacer sus donativos.

Entonces me temí lo peor. Debía encontrar un escondite donde no pudiera ser visto y pudiese ver a Tohee. "De acuerdo, y muchas gracias padre, vendre entonces mas tarde" dije, poniendo cara de asco cuando me di la vuelta. Al salir me di cuenta de que había vegetacion en el ambiente. "Perfecto, podré esconderme tras los arboles hasta que haya entrado" me dije, subiendome a uno. Ademas eran bastante frondosos, por lo que me ocultaria como si nada.

Al cabo de mas de una hora, cuando ya no sabes que hacer, ves a una mujer, con falda, con un lateral abierto, botas de punta en pico, y una brusa roja.

Al hombro lleva una bolsa,de cuero que parece pesada.

Off:Ale tienes una semana XD el paquete lo recibira el 6dia.

"Mmmmm...¿Será esa quien estoy buscando?" me pregunté, deslizandome y fluyendo entre los arboles, sin producir ruido alguno. La pega fué cuando se acabaron los árboles, haber donde me escondía. Luego miré en la iglesia, las gárgolas de la entrada eran perfectas para esconderme. Me subí por tanto por la pared con las cadenas, lo más rápido que pude, tratando de encontrar un modo de entrar sin ir a la vista del mundo. Al final tuve que entrar clavando los kunais en el techo, a modo de columpio. En la parte en la que estaba habúia oscuridad absoluta, por lo que la lámpara de araña que había cerca de mi estaba apagada. Salté hacia ella, y me agarré. La cadena de la lámpara chirrió un poco, por estar oxidada.

La chica se giró hacia mi posición.

-No se preocupe,señorita Tohee, habrá sido alguna rata, este edificio es antiguo y no podemos controlar todas sus entradas, por así decirlo.

-Comprendo, pero creí que había crujido algo asi como una cadena.

-Ostié...qué oido tiene la moza, como tenga mi misma vista lo llevo claro.

-Por cierto, hace una hora o así llegó un muchacho que decía tener un mensaje para usted. ¿No lo ha visto por ahí fuera?

-¡¡¡Hijo de...!!!Maldito cura de las narices. Como Tohee se dé cuenta de que la estoy siguiendo la he pifiado.

-No, no lo he visto, ¿como es ese chaval?

El cura se lo explico con todo detalle, desde mi estatura hasta, si cabe, mi peso a ojo. "Estoy hundido desde el principio" me dije. Ahora tendría que extremar precauciones. Ni de coña me dejaría ver por allí, me preguntaría sobre quien era mi señor,¿y quien sabe si aquella mujer tenia amigos? Aunque una cosa hay que reconocer, Tohee era muy generosa. Aquella bolsa debía llevar una buena suma, no inferior a mil monedas de oro.

Subí por la cadena de la lámpara y escalé hacia la salida, del mismo modo que había usado para entrar. se estaba haciendo de noche, por lo que mi sigilo se veia completado por el arte del disfraz. Pasaría desapercibido disfrazado de anciano. Cuando salí de la iglesia, fuí directo a los árboles, bajo uno de los cuales había un palo grueso caido en el suelo. "Ni hecho aposta" me dije. Eso olía a trampa a la legua.

Esperé a que Tohee se fuera del perímetro, y entonces lancé la cadena al báculo del suelo, para clavar el kunai y asi llevarla hacia arriba. No llegué a ver lógico salir por la iglesia, de modo que fuí por otro lado, tras decirle a Raven, quien me esperaba siempre fuera de los edificios, que la siguiera.

Llegué al pueblo, como no, saltando de tejado en tejado. Con todo el sigilo que podía. Una vez allí, Raven vino volando y me llevó hasta el lugar donde se alojaba Tohee. Era una casa bastante lujosa, propia de un ricachon pero sin pasarse. Iba a ser una matada tirarse sin dormir toda la semana, pero si hacia esta misión, Podría quemarla viva. Además, ella tenía algo que no me gustaba... algo maligno. De no ser asi, no me hubiese estado sangrando la cicatriz de la frente por nada.

La noche se echo pronto, sobre su casa, y solo llegabas a ver una tenue, luz dentro de la casa y a una sombra dando vueltas por ella.

La noche paso traquilamente, y a la mañana siguiente se fue, tranquilamente al mercado a comprar.

Esa mañana, tenía sueño, porque vigilar durante una noche entera cansa a cualquiera, pero tenía una misión que cumplir. La tal Tohee fué a comprr al mercado, parecía hasta una persona normal, por lo que me pregunté que era lo que el jefe podría querer de ella, o de ese anillo. Compró frutas varias, pescado, y algo de verdura. "Jo, que banquete, y yo que me solía conformar con un chusco de pan duro..."me dije, al ver tal derroche de dinero. Probablemente, trabajar para Zainar me iba a hacer comprender mejor el sentido que tenía la vida, y a entender lo que no había aprendido en mi infancia.

Poco después, Tohee salió del mercado para ir por las calles. Yo la seguí, disfrazado de viejo mendigo, incluso renqueaba un poco de la pierna izquierda, para darle credibilidad. Tuve que echar las orejas hacia atrás y ocultarlas tras las greñas para ponerme la capucha encima. "Ostias, ahi está Renegade, debería disimular lo máximo que pudiese, o podría ir de nuevo a la celda. Y fijo que el jefe no estará alli para sacarme." me dije, al ver a aquél demonio gigantón. Empecé a sangrar. Estaba demasiado cerca de ambos. A unos escasos cinco metros por delante estaba Tohee, y a unos diez metros por detrás se acercaba peligrosamente Renegade, que estaba preguntando a la gente del lugar. "Mierda, me va a pillar" me dije, en vista de que si me preguntaba, lo primero que si me veía sangrar iba a sospechar demasiado, y si veia aunque solo fuese mi boca y la parte de abajo de mi maquillaje forzado, estaba hundido. Me escondí entre la multitud y me oculté en una esquina. Entonces fué cuando ví una manaza enorme, con una imagen bastante lograda, con mi cara. Alcé la vista, un poco y me encontré con las rodillas de Renegade. Puse voz de viejo zarrapastroso.

-Perdone, estoy buscando a este chico, ¿lo ha visto por aquí?

-Emmm...deje que piense... su cara me suena... pero no lo he visto por aqui... AH!Ahora recuerdo, es el pequeño Maken, un pequeño huerfano, solía verle vagar por los cementerios cuando vivía en su pueblo. Luego me mudé aquí. Hay que ver cómo crecen estos chicos de hoy en día... Parece que fué ayer cuando tan sólo tenía sus nueve añitos... ¿y qué es lo que ha hecho señor Renegade?

-Bueno buen hombre, le pido perdón por malgastar su tiempo, ya le informaré si lo encuentro y le mandaré recuerdos suyos, ahora debo irme, tengo algo de prisa. Pase buen día

"Joder, creí que no se iría nunca, me los ha puesto casi en la frente." me dije, al ver como el jefe de la Guardia se alejaba deprisa buscandome. La pega es que había perdido el rastro de Tohee. Me subí a un tejado y llamé a Raven. Le dije que nos separásemos para buscarla. él se fué por la zona de la iglesia, cerca del cementerio, y yo por la zona de la posada donde vivíamos. Esa era la direccion que llevaba cuando la perdi. Fuí entonces de tejado en tejado corriendo como el viento, aunque casi me destrozo la cara en varias ocasiones a causa de resbalones y tropiezos.

Tras casi toda la mañana de búsqueda (si me hubiese visto el jefe me descuartizaba vivo), la encontré dando dinero a los pobres por los callejones. "¿Seguo que esta es la que le da tantos dolores de cabeza al jefe?" me pregunté, al ver la actitud de la chica. Al rato volvió hacia su casa, a dejar lo que había comprado, que además llevaba unas tres barras de pan. La seguí hacia la mismísima habitación donde ella habíia estado la noche anterior (observando desde la ventana, y vi que se dirigía hacia lo que parecía el baño. Se había comenzado a desvestir, y a mi me empezo a entrar calor. "Bueno, el jefe dijo que la siguiera a todas partes ¿no?Jeje... Pero desde aquí no veo demasiado bien... tendré que ir por el otro lado, siempre hay una ventana en estos dificios en el baño." me dije, tratando de mitigar el calor. Un gato no sudaba, pero yo no era un gato del todo, también tengo parte de humano. Por eso tuve que sujetarme al tejado con el rabo (el de felino, no me malinterprete el lector), ya que el resto de extremidades estaban sudorosas. Creo que para alguien de mi edad ese no era un espectáculo recomendable. ¿Y había dicho Zainar que no se mira asi a las señoras?¿Y cómo quería que las mirase, en esa situacion?La cosa era que me estaba resbalando, y no quería partirme el cuello, así que subí al tejado, y le dije a Raven que espiase desde el árbol. Últimamente había estado entrenandome en esa habilidad, para que no requiriese tanta concentración.

Así con la tontería había echado la mañana, pero tan sólo era el segundo día, el anillo lo recibia el sexto, por lo que no creí que me hubiese perdido mucho. Raven se posó en el arbol que se encontraba enfrente de la ventana. La vista era, desde luego, inmejorable. Me tumbé en el tejado y esperé a que Tohee saliera de bañarse en el barreño que había llenado de agua, supuse que caliente (aunque no creo que fuese lo único que se encontraba así)."Desde luego la tía tarda lo suyo"me dije, en vista de que ya llevaba como una hora entera bañandose. Cierto es que yo no tardaba tanto, por aquello de que no me llevo del todo bien con el agua, pero una cosa es tardar como mucho un cuarto de hora (que es lo que yo tardo en lavarme el pelo y el cuerpo) y otra muy diferente era tirarse las horas muertas duchandose. Por suerte, yo tan solo estaba mirando, por lo que no necesitaba mucha concentración. de haber estado haciendo Raven otra cosa, yo hubiese tenido que mantenerme un poco más. Cuando ya se decidió salir del baño (ya iba siendo año), Fué a la planta baja de la casa. Yo me había tostado al solitrón de la tarde, al haber estado en comunion con la naturaleza para no perderme ni un solo detalle de lo visto. a pesar de haberme echado el mantón por encima, al ser éste de color negro, me estuve abrasando vivo todo el rato, hasta que pude moverme de nuevo. "Diosss... ni la Inquisición te hace sufrir tanto..."me dije, al recordar las hogueras de las cazas de herejes. Habían sido bastante mitigadas, teniendo en cuenta que ahora vivian en comunion demonios, humanos y demas bichos (sí, yo me considero un bicho raro, ¿algun problema con ello?). Decidí que Raven me sustituiría como espía, ya que mientras dormía podria seguir viendo lo que mi Cuervo veia. Y yo necesitaba un pequeño descanso, teniendo en cuenta todo el trabajo realizado por el dia anterior y el presente. Ahora Tohee estaba en una biblioteca, leyendo pergaminos, de los cuales algunos trataban sobre alquimia, otros eran bíblicos, etcétera. Al cabo de cinco horas leyendo hojas de papel, decidió irse a la cama, tras haber cenado algo de verdura y fruta en ensalada. Desvinculé mi mente de la de Raven, y pude dormir tranquilo. Si había cambios de última hora, Raven se vincularía conmigo durante un breve periodo de tiempo, para darme tiempo a mi de vincularme a su mente.

Por la noche, ves que en un caleljon cercano hay bronca, y mucha gente pegandose, esto te despierta, y a tohee tambien.

Abre el balcon de un portazo y grita: -Malditos majaderos que quiero dormir-

La ciudad se vulve en silencio y una vocecita dice:-Si mi señora, nos callaremos-

En esos escasos minutos tu sueño a desaparecido, pero no el cansancio.

"Dios, ¿se callarán de una vez algún día?" me dije, al haber sido bruscamente despertado. Luego Tohee dio una voz y todos se callaron. Seguí tratando de dormir, pero ya no podía conciliar sueño alguno. Deseé tener a mano una antorcha. Iban a gritar pero con razón.

El tiempo pasó, y amaneció. Como pude me quité el kilo y medio de legañas que tenia en los ojos, y vi que Tohee iba de nuevo a la iglesia. De camino se encontró con Renegade, que seguía buscandome."¿Pero no se ha muerto todavía el gañán?¿Cuando coño me va a dejar en paz?" me dije, algo mosca ya. Lo peor era que en Tohee ya sabía a ciencia cierta cómo era yo, y sabía por tanto que yo había engañado al cura. En todo Altarion no existía nadie más (o eso creo yo) con una cicatriz que sangra cuando se le acerca un demonio. En esta misión los problemas se presentaban en conjunto. No solo me seguian buscando, sino que ademas mi victima ya sabia exactamente quien le estaba siguiendo. Al menos supuse que no sabia el por qué.

Tohee le respondio que si me veia ya se encargaria de llevarme ante el. "¿Pero el jefe no habia pagado mi fianza?¿porque me persigue el cabezon este entonces?" me dije, frustrado. Ahora ella estaba entrando en el recinto de la iglesia. Entré por encima de los árboles frondosos, donde recuperé energía, perdida a causa del estrés y el cansancio. Menos mal que los arboles estan siempre para ayudarme. Cuando ya me hube recuperado, entré en la iglesia de la misma forma que entre dos dias atras, a lo columpio. Estuvo hablando con el sacerdote durante un buen rato, sobre religión. Yo desconecté ampliamente, la religion no me interesaba en absoluto. Sólo me interesó cuando empezaron a hablar sobre alquimia, el mitico transformar la piedra en oro. Tohee habia estado estudiando pergaminos sobre eso el dia anterior (claro que al ser libro perdio todo mi interes), y lo estaba comentando con el cura. Luego comenzaron a hablar sobre el muchacho que tenia que entregarle el mensaje.

-Bueno, señora Tohee, ¿le trajo buenas nuevas el mozo el otro dia?

-No era lo que dijo, le engaño padre. Ese muchacho es un fugitivo. El señor Renegade le está buscando ahora mismo. Además creo que me está espiando, o siguiendo. Asíque si lo ve hagamelo saber ¿de acuerdo?

-Porque se que me puede dejar mal, que si no lo castraba a ese ... de Renegade

Ahora tendría que extremar precauciones. Necesitaría los ojos de Raven como nunca antes los había necesitado. Pero necesitaría un lugar para esconderme, y que tuviese vegetación, a ser posible con un minimo de vida, por lo que el cementerio estaba descartado. En la iglesia no, por ahi podría verme el curatato y crugirme vivo. Descartado. El mercado, allí podría ir para comprar algo de comida de vez en cuando. El castillo, ¿para qué ir alli, que no hay vegetación suficiente, y me podrían descubrir?.Otro descarte. Por las calles ni siquiera había árboles que pudiesen darme energía, y es lo que necesitaba. Finalmnte me decidí por un pequeño bosquecillo bastante frondoso cerca del mercado, por las afueras de Altarion. La pega es que los mozos y sus mozas me distraian con sus ñoñeces y otras cosas que los niños no deberían ver. Generalmente estos amantes me acababan hartando, y morían antes de tiempo, de un infarto provocado por el miedo. "Estos humanos, que poco aguantan los ruidos de animales..." me decía, tratando de meditar. Fué una taarde larga, y solo me sostuve con una barra de pan, al menos rellena de algo de verdura que compré en el mercado y algo de carne quemada de un animal que cacé y trate de cocinar (sí, se que no soy gran cosa cocinando. Aunque todo esto me costó bastante, teniendo en cuenta que además de usar ojos ajenos, que requería concentración, me estaba moviendo y comportando como un ciudadano más, lo que requería aun más concentración, y aparte estaba huyendo de la justicia, que eso desmoralizaba mucho. Pero aun así no tuve demasiado que ver. Tohee se pasó toda la tarde en casaa, leyendo más pergaminos de alquimnia y de historia biblica. "Qué chica más aburrida, lógico que viva sola,¿quién va a querer una esposa asi de coñazo?"me dije, tumbado en la copa de un árbol.

TE quedas sentado en una de las ramas superiores del arbol, viendo atraves de los ojos de raven.

De repente notas, un olor a chamuskina, desconectas el enlace y ves a renegade, sentado en un banco con una chasca a sus pies, y un palo con un filete pinchado.

Las llamas cada vez son mas grandes. Tu corazon comienza a latir cada vez mas fuerte,.

"Hijo de... pero será cabrón" me dije, al ver la fogata. Cada vez me veía con más impetu de saciar mi ansia vengativa y asesina, y prenderle fuego a aquél monstruo. La misión que se me había encomendado era importante, pero ahora estaba ocupado. Ya le preguntaría a Raven qué era lo que había visto.

Qué bien me hubiese venido alguna de las Damas de Hielo que solían pulular por la casa de Zainar. Cada vez se me estaban ocurriendo burradas más y más bestias. Pronto Renegade me descubriría y me cazaría de nuevo. ¡¡Encima el muy cabrón sabía cocinar bien!! Empezaba a ver que me iba a tocar correr, algo que por lo pronto se me daba mucho mejor que a él. Después de todo, Renegade se basaba en la fuerza, no en la velocidad. Además, no era demasiado ágil, otro punto a mi favor. y yo era escurridizo si estaba cuerdo, otra más para el cuervecito. Sin dudarlo, cogí algo pequeño, una piedrecilla de las que solía llevar en el bolsillo, y la tiré contra el fuego, haciendo que las cenizas saltasen y captasen la atención del Guardia. Renegade se agachó para ver qué era lo que había saltado. se levantó del banco y se puso de cuclillas. Mi fuerza no era descomunal, pero por muy grande que fuese el demonio, tenía equilibrio, y con un empujón lo podría perder. Me bajé entonces del árbol, sigilosamente, cogí las cadenas por sus extremos, evitando producir ruido alguno, y velozmente le clavé al demonio los kunais en las nalgas, empujándole hacia delante y haciéndolo caer en la llama. Eso no lo mataría, pero fijo que lo mosquearía. Aproveché su caída para salir corriendo entre matorrales y plantas. Además, era de noche, y yo iba de negro, conque me ocultase en alguna esquina bastaba. No había vuelta atrás, el daño estaba hecho (es una forma de hablar, fijo que daño no le habría hecho, salvo en el orgullo), Renegade había caído en una fogata. Yo ya no pintaba nada allí. Mi afán de pirómano, después de todo, era hacer daño con el fuego, no presenciar su efecto.

Salí entonces corriendo como un descosido entre la poca gente que había, ya fuera pasando por los lados o por encima de ellos. Por suerte le había perdido el rastro facilmente. Pero ahora fijo que iba a dar el tostón aun más (lo que me faltaba). Por suerte no sabía donde vivo. Así pues, empecé a callejear a toda velocidad, derribando barriles de frutas, cajas con pescado... en fin, lo que había fuera de las tiendas que estaba pasado. Por suerte, conseguí pasar sin dejar rastro, salvo en esa calle que salía del mercado, que había sido bañada completamente de manzanas mohosas y tripas de pescado podrido. No me gustaría vivir ahi.

Aunque fatigado, conseguí volver a la posada. Me dí cuenta de que las luces de las habitaciones contiguas estaban encendidas. Algo habría pasado. Me acurruqué en una esquina, bajo la ventana, y me tapé con la chaqueta. La puerta estaba cerrada a cal y canto, asíque no había de que preocuparse. "Ozú, casi me da algo corriendo" me dije, fatigado y cansado. No había sido un pícaro todo este tiempo para nada.

Cuando se ve que estas dormido, notas un presencia, y abres los ojos rapidamente, inpotente, ves como una gran mano le coge y le lanzan contra el suelo a toda velocidad desde 2 metros.

Callendo sobre el brazo derecho y rompiedolo.

Al mirar hacia arriba, es un pectoral lleno de cicatrices, y siguiendo hacia arriba ves un rostro de repente, giras por el suelo par aalejarte.

Renegade, eto ¿que quieres?

Mientas dices esto ves como en la otra mano tiene el troncho de carne, al que le da mosdiscos.
Vengo a destrozarte maldita comadreja, solo te buscaba para decirte que no te unieras mucho con zainar, pero ahora voy a despedazarte maldito gato

Ves como avanza hacia ti, de repente por la ventana entra raven que intenta despistarle, mientas tu pasas por entre sus piernas y saltas al vacio del callejon callendo sobre un monto de barriles.

Off:La suerte ya te abandono, CON SUERTE... se acabo.

-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHH!!!¡Mi brazo!!Hijo de...¡me lo ha roto!!

Renegade bajó de mi habitación de un salto, debatiéndose aun con Raven, que estaba intentando sacarle los ojos. Qué se le va a hacer, siempre tuvo esa afición, sacarle los ojos a mis enemigos. Entonces recordé lo que momentos antes me había dicho Renegade. "solo te buscaba parad ecirte que no te unieras mucho con zainar...". Vale, si, despues me dijo que me iba a descuartizar, pero lo otro me dio que pensar.

-¡Raven, déjalo en paz!

-¿Qué haces, chico? Yo de ti estaría huyendo. ¿No ves que así cavas tu propia tumba?

-Me da lo mismo, siempre me tacharon de suicida o kamikaze. Es solo que antes has dicho algo que no entendí. Y creo que, como persona civilizada que eres, podrías dedicar un poco de tiempo a escucharme, y luego ya decide si quieres matarme o no. Realmente me empieza a dar igual.

-Mmmm... no pparece mal trato. Haber, ¿qué quieres que escuche de ti, mocoso?

-Verás, vine a esta ciudad porque quería formarme como persona... pero está visto que no empecé con buen pié. Esque tengo un problema, y es que cada vez que veo fuego necesito imperiosamente usarlo para hacer el mal. Fué por eso porque quemé aquella casa. Y es por eso, por lo que antes te tiré al fuego. Al ver la llama quise quemar algo, y estabas tu allí, que me habias prometido visitarme al dia siguiente de mi encierro, lo cual por cierto no cumpliste. Eso me creó un cierto odio hacia ti, porque a la vez recorde a los demonios que diezmaron mi pueblo. La cosa fue, tras salir de la carcel, que al verte por las calles preguntando por mi, crei que querias meterme de nuevo en el calabozo, por eso comence a temer por mí. No sabía que me estabas buscando por estar con zainar. ¿Quien es el realmente?

Te mira y comienza a reir.

Claro que te estaba buscando para encerrarte, y que no fueras con el, claro que conocco tu deseo hacia el fuego, lo de tu familia no lo sabia. quieres saber quien es zainar yo te lo dire, zainar es un Semidemonio, y ademas es mi sobrino, es un semi- demonio que equivale a casi un dios demonio, parece bueno, y lo es pero detras de todo eso es un calculador, sediento de poder y mujeriego, que pretende expandir su poder a las ciudades vecinas y asi sumir a esta zona bajo su control, el rey no le dice nada que ya que contra mas poder tenga altarion mas poder tendra el. Yo no puedo atacarle, la pelea seria encarnizada y por respeto a la sangre no puedo atacarle, y mis hombres caen ante los suyos.

Poco a poco ves como se va acercando a ti.

Me estaba acojonando mas por momentos. Ver como una mole como Renegade se acercaba tan peligrosamente era un espectáculo que ninguna persona normal debiera ver jamás.

Yo estaba arrodillado, sin fuerza suficiente para levantarme, casi perdiendo el sentido. Me dediqué a recuperar un poco el aliento, mirando al suelo. Frente a mi había un charco, que curiosamente iba distorsionando mi reflejo. El agua empezó a tornarse roja, debido a mi cicatriz en presencia de un demonio. Finalmente, en el charco vi el reflejo de una persona encapuchada.

- Recuerda, Little Crow, que el miedo es tu aliado, pero también es traicionero. Ahora mismo, trata de hacerse con tu espíritu de guerrero Daimah, y ha hecho que veas la realidad como no es. En ningun momento Renegade estuvo persiguiendote. Tan solo está aqui porque lo has echado al fuego.

- Entonces...¿Es real este Renegade?¿Realmente mi brazo está roto?¿Y qué hay de mi misión?

- No te confundas, realmente estás frente a Renegade, y tu brazo está destrozado. El dolor es real. Tu misión está aun inacabada, tambien es real. Pero esa flaqueza que sientes, esa poca visión que tienes ahora, tu supuesta perdida de sentido... Eso es tan solo tu propia imaginación.

La figura se quitó la capucha, dejando ver la cara de un hombre de cara pálida, con los labios negros, como si estubiese muerto, y dos líneas verticales que traspasaban sus ojos tapados por una venda negra. Las dos líneas me llamaron la atención, ya que eran como las mías, solo que con un aspecto más tribal y eran tatuajes. Sus greñas largas y lisas le tapaban la cara hasta unos milimetros por los lados de dichas líneas. Su aspectó me inquietó.

- ¿Qué quieres decir con eso?

- Je, no eres tan listo como speraba... Esa flaqueza se debe tan solo a ese miedo estúpido que se está adentrando en tí. Y tú como un imbécil lo estás invitando a pasar, para que corrompa a gusto tu alma y se apodere de ti. Es también ese Miedo el que te incita a quemar cosas cuando ves fuego. Debes superar ese Miedo, para no necesitar liberar tensión quemando cosas. ¡Vamos!¡Haz que se note quién es el que manda en ti, si el miedo o tu!

- Je... pobre chico, sabes lo que se te viene encima y tratas de evadirte, ¿no es asi? o acaso es que estás volviéndote loco de verdad?¡Es igual, me entretendré igual destrozándote del todo!

Renegade me había estado escuchando hablar solo, y cryó que se trataba de cuento. Sonreí, aun me quedaban fuerzas para ello. Poco a poco fuí viendo todo cada vez más claro. El Miedo es un ser que se divierte torturando mentalmente a la gente. Se aburrió de ir a mi favor y trato de divertise. Me había convertido en su juguete. Mi nublada vista empezaba a recobrarse. Mis entumecidos músculos volvieron a estar funcionales. A partir de ahora, dejaría de confiar en la Suerte. No había servido para nada. Debía aprender a confiar más en mi mismo y no en el Azar. Debia ser yo quien escribiera su camino, no la Fortuna. Poco a poco, me levanté, sintiendo agudos pinchazos en mi brazo derecho, roto por varios huesos. Mis pupilas se dilataron, miré a la cara a Renegade como quien mira a un titán a punto de aplastarte( nunca mejor dicho) y le sonreí.

- Jejeje... tiene gracia, hace un rato me tenias postrado sin solucion de escapatoria. Pero la vida da muchas vueltas. Yo mismo he podido comprobarlo. Siento mucho haberte quemado, y tambien que quieras tenerme entre rejas o bajo tierra. Pero como he podido observar, Lady Suerte es una furcia. Hasta más ver, tito Rene.

Con toda la velocidad de que disponía, eché a correr hacia el cementerio, donde la espesa niebla constante sería un buen refugio para mi de sus espias. Me hice un pequeño apaño en el brazo, dejándolo en postura correcta, para asi tener los fragmentos bien colocados a la hora de curarme.

Renegade echa a reir mientras te ve correr a tropezones con una mano en el hombro, el dolor te aremete con frecuencia,

entras en el cementerio bajo la niebla, y caes a una zanja, esta bacia, y tiene un par de palas dentro, te echas contra la pared, e intentas colocarte de una forma que no te duele, y te quedas dormirdo.

Tras unas horas metido allí desperté, con un dolor de espalda algo grande, porque había caído de mala manera y mi brazo se había resentido. No era la mejor opció, pero mejor que llevar el brazo al aire... así que me hice como pude un cabestrillo con la cadena, acolchandolo un poco con un trapo que había por allí. El dolor era muy agudo, casi infernal. Al menos mis piernas no estaban demasiado mal paradas, de hecho tan solo estaban un poco sucias, y con algun que otro arañazo, pero poco más. Gracias a ello pude saltar y salir de la tumba sin muchos problemas, nada más que agarrarme luego a una raíz que estaba por ahí en mitad del suelo, acechando para que alguien (yo unas horas antes, por ejemplo) trpezase y cayera de bruces en un boquete de aquellos.La única pega del cabestrillo era que estaba desarmado, pero, teniendo en cuenta que la cadena yo la manejaba a dos manos, poco me importaba. De momento me hubiera conformado con tener vida vegetal cerca y tiempo para descansar. Por desgracia, no disponía de ninguno de los dos. Por el momento no tenía muchas probabilidades de teminar mi misión impune. Sinceramente, me estuve planteando dejar la mafia en cuanto terminase el trabajo. No era sano.

Comprendí que si quería pasar desapercibido, debía disfrazarme, para no ser visto por los espías de Renegade. Así pues, cogí mi chaqueta, la dí la vuelta( ya que no era negra si no marron por dentro), dejé el brazo roto bajo ésta, como si dicho brazo no existiera. cogí unos palos y mi cinturón y me entablillé la pierna izquierda( pero de manera que me diese para poder salir corriendo, por si había que huir), enrrollé mi cola felina por el torso, cogí otro palo, éste un poco más largo, a modo de bastón.

Ahora sólo quedaba por disfrazar la cara. Buscando por el lugar, y gracias a mi vista nocturna, pude encontrar unas sábanas hechas girones. Las cogí y usé los girones para vendarme la cara, dejando al aire solo un ojo, el derecho, y capacitando al izquierdo para que, al menos, pudiese distinguir formas y colores. El suelo no era precisamente un secarral, sino más bien un barrizal, asíque cogí un poco de barro y me lo unté por las orejas, dejándolas rectas. Por si acaso, me corté los pelillos de las puntas de las orejas. Me miré en un charco de agua, algo menos turbia de lo normal, donde no había tanta niebla, y me fijé en que el efeto obtenido era el deseado, más que orejas, parecían cuernos, que sobresalían de las vendas. Pero aún había que hacerlo más creíble. Cogí uno de los extremos de la cadena, saqué un poco la pierna del pantalón por el tobillo, y me hice un pequeño arañazo, lo justo para que saliera sangre, pero sin molestarme para andar ni correr. Apreté para que la sangre fluyese y me empapé la mano con ella. Unté parte de la venda con la sangre, vease el ojo, la boca, la sien izquierda, para que pareciese que la sangre venía de unas profundas heridas que se habían coagulado así. Trataría de no hablar si no era estrictamente necesario, porque no se me daba bien fingir voces, me cansaba demasiado. No es lo mismo que fingir sonidos de animales, mucho mas simples.

- Peeeerfecto... he quedado como un puto adefesio, un despojo social... no me reconocería ni el Padre Damián, que en paz descanse, que me enseñó a vivir en el pueblo, a leer y escribir... bueno, dejaré de pensarlo que me estoy poniendo melancólico.

Tras el disfraz, y haciendo como que me costaba una barbaridad, salí del cementerio con el báculo, y cagándome en el pedazo de gañán de Renegade, por haberme partido el brazo.

Momentos antes de dormirme, le había dicho a Raven que vigilase a Tohee, de quien ya casi me había olvidado. Podría haber recibido ya el anillo, en cuyo caso me las debería ingeniar para convencer a los animales de la casa para que me lo trajesen. Era, de todos modos, el momento de ver que se contaba mi vieja amiga, por llamarla de alguna forma. Me eché la capucha cuando se hubo secado el barro de mis orejas, y caminé mientras veía, en mitad de la noche, como Tohee había sacado un estoque y estaba practicando esgrima contra unos señores, que bien parecían acaudalados. Aun por encima de su fortuna, sus dotes como esgrimistas eran formidables, pero un poco más lentos que aquella mujer. Tal vez ellos fueran los que le dieran a Tohee el preciado anillo, que me estaba costando sangre, sudor, pero jamás lágrimas, aunque si me estaba arramplando la salud, en vista de los acontecimietos.

Tu traje parece funcionar la gente se aleja de ti como si tubieras lepra o algo asi, miras a la mujer como juega con los hombres, su estoque se mueve placidamente en el aire, tu miras desde lo lejos, las horas pasan, y todo se a vuelto calmando, ella ya esta en la cama, y los hombres se an ido, el cansancio acumulado te pasa factuca y te desplomas.

El sol da en tu ojo derecho cegandote y desvelando tu sueño, rapidamente te incorporas y miras por la ventana ves a la mujer en paños menores desyunando placidamente como un dia normal.

Por tu mente pasan muchas ideas diferentes dejarlo, seguir, atacar etc.

De repente olles un ruido y ves a la ladrona de la otra ocasion en el tejado de enfrente sentada, con un mendrugo de pan, tomando el sol, parece que nadie mas la a visto.

En un principio me llamó la atención mi presa, pero al ver a aquella mujer de manera tan plácida, en un tejado, creí que me estaría observando. Desde luego le había llamado la atención, no me quitaba ojo, con una curiosa sonrisa. Creo que en el fondo ella sabía que yo era familiar, pero no sabía ubicarme entre sus conocidos. "¿Acaso Zainar no confía en mí?" me dije, teniendo en cuenta mi situación.

- Little Crow, ¿no crees que podrías aprovechar ahora que tu presa está desprevenida, para mirar entre sus pertenencias?Tal vez el anillo esté en alguna parte de la casa.

- Juraría que su voz no sonaba tan cazallera.

- No, soy yo, el que trata de ayudarte. Ella no te hablará si no es necesario. Es demasiado... prestigiosa para hablar con alguien recogido en la calle.

Miré en la ventana, y allí estaba, el mismo rostro que apareció en el charco la noche anterior. Poco a poco, vi que podría confiar en él, no me quedaba más remedio. Después de todo, me ayudó a escapar de Renegade. Tal vez fuese mi falta de cordura, tal vez no. Pero su idea no era mala. Fuí a la parte trasera de la casa, me desentablillé la pierna, y subí por las enredaderas que había en el jardín hasta el segundo piso. Tohee estaba en el bajo, un piso por debajo de mí. Si conseguía no hacer ruido, tal vez podría buscar tranquilo. Decidí empezar a rebuscar entre un cajón donde tenía guardadas las sábanas (era el que más alto estaba del mueble, de los cinco que tenía). No ví ningun anillo así especial, solo los típicos anillos de oro y plata de los ricachones. El barro de las orejas me impedía escuchar bien cuanto pasaba a mi alrededor, pero pude percibir unas pisadas de animal. Se trataba de un gato. Era blanco como la nieve, de ojos amarillos, con mucho pelaje. Se quedó mirándome un rato, luego me sacó las uñas. me acerqué a su cara y le hablé: "Espera, no me ataques, no soy tu enemigo, soy también un gato, como tú."

- (Bufido)No me lo pareces. Pareces más bien un ladrón pordiosero que no tiene donde caerse muerto. No me gustas, asíque vete de aquí si no quieres que te arañe y te hiera aun más.

- ¿Eres chico? No te ofendas, pero tienes unas pintas que incluso si fuera un ratón indefenso me reiría de ti. Tu dueña te ha amariconado mucho,¿no crees?¿Qué tal si me echas una mano en un asunto que tengo?Si lo haces, podré conseguir un futuro mejor para ti.

- Mmmmm... No me gusta ayudar a los pobretones como tú, pero te ayudaré. Llevo tiempo queriendo salir de aquí. Esta mujer me aburre de sobremanera.¿Qué puedo hacer por ti?

[color/red]- Verás, necesito saber si Tohee ha recibido un paquete con un anillo. Ayer, por ejemplo, cuando vinieron los tipos aquellos.[/color]

- Creo que sí, lo guardó en un joyero con cerrojo. La cerradura, aparte de compleja, es de un metal enormemente resistente. La encargó a los enanos, muy duchos en herrería, asi como la caja en sí. La llave la lleva siempre consigo, en un colgante. No puedo acercarme a ella demasiado por problemas de alergia. No soporta el pelo de los gatos, razón por la cual quiero irme de aquí cuanto antes

- Claro... comprendo.... ¿qué hace exactamente una alérgica a los gatos con un gato en casa?Oh, ya viene, debo irme, gracias por la ayuda, trataré de compensarte por ello

Rápidamente coloqué las cosas más o menos como estaban, salvo los anillos, que esos fueron directos a mi saca. Me tiré por la ventana, poco antes de que se pudiera escuchar a Tohee subir las escaleras como una exhalacion. Me escondí tras los arbustos de la casa, que estaban bajo la ventana. Descansé allí un rato.
Noté mejoria en el brazo, al menos ya tenía hombro y humero completamente curados, tan solo faltaba el radio, el cubito y los huesos carpianos. Tal que mal, de haber podido estar alli un dia mas, conseguiria tener el brazo como nuevo. Pero el tiempo no estaba a mi favor. Tohee ya habia recibido el anillo, posible razon por la cual la ladrona estuviera alli. Tohee estaba mirando por la ventana, algo mas tapada (pero no mucho mas, solo un albornoz fino), tratando de descubrir algo que pudiera habe estado en la haitación momentos antes.

Off:No te curras tan rapido an pasado dos dias, sientes un lijero alibio.

De repente como un rayo, ves saltar algo por la ventana, rapidamente vuelves a subir, y ves a la ladrona, con dos dagas enormes frente a tohee, pidiendola e, anillo.

Algo raro pasa se conocen, y parece mas una disputa de celos que de mision.

PD:Son las ex- de zainar

Me quedé totalente pasmado al ver semejante espectáculo. No por el hecho de que estuviesen encaradas, sino por el hecho de estar ambas ligeras de ropas. La ladrona de por si no solia llevar una ropa demasiado gruesa, por asi decirlo, y la otra tan solo tenia el albornoz.

Pero al margen de eso, Tohee, a no tener un arma cerca, no le quedó mas remedio que sacar el famoso anillo. Al verlo, allí, tan brillante, con una forma delicada, como de porcelana, de color plata claro casi deslumbrante, me empecé a agobiar un poco. De haber tenido mis dos brazos hubiera estado perfecto, pero necesitaba quitarme aquel disfraz, sobre todo, quitarme esa mascara. Me estaba agobiando el calor, me costaba respirar. Me desaté los girones de la sábana lo mas rapido que pude, y automáticamente entré al asalto, aprovechando el rifirrafe de las dos mujeres.

Me lancé a lo bestia contra el anillo, cogiendolo con la boca, de un bocado, casi llevándome por delante el dedo de Tohee (el ansia me pudo). Me dirigí a la ladrona (de cuyo nombre/mote/sobrenombre/cosa no me acordaba).

- ¡Te espero con Zainar!¡Suerte, que fijo que tu si que la tienes!

Ella tan sólo me miró, sin darle tiempo a reaccionar, momento en el cual Tohee agarró una de las dagas de la otra. Mientras corría como una mala bestia entre las calles, las dos ex-mujeres de Zainar se enzarzaron en una pelea sin tregua.

Más o menos sabía donde estaba la casa del jefe, asique fui corriendoa ponerme de nuevo los girones entre los arbustos, me volví a entablillar la pierna como pude rapidamente, y cogí el báculo. Me guardé el anillo junto a los otros, tras haberlo secado de mis babas (que no fueron demasiadas, pero el jefe era un poco... pijito, y seguro que le hubiera prestado mal).

No fui corriendo por las calles, pero si fui andando lo mas rapido que podia mientras fuera creible. Poco después llegué a la casa de Zainar, me despojé de los trastos del disfraz, es decir, me limpie las orejas, me quité los vendajes, las tablillas de la pierna, me puse bien la chaqueta, etc.

Acto seguido, llamé a la puerta, la cual abrio una de las muchas mozas del jefe.

-Hey, moza, dile al jefe que ya tengo su mercancía-luego vi la mala cara que me puso cuando dije lo de "moza", de querer partirme en dos-Venga, no te lo tomes a mal, que iba de broma. Enga, que vengo malitoooooo... ¡Mira mi brazo! Además, Zainar me debe unas explicaciones.Pero venga vaaa, no te me cabrees

Tanta ristra de gilipolleces hizo que ella soltase una sonrisa, la tipica risa floja. "si es que tengo don de gentes", me dije, con una sonrisa, mientras la chica me conducia hasta mi jefe.